Frutos secos, beneficios de incorporarlos a nuestra dieta diaria
Los frutos secos son aquellos que contienen menos de un 50% de agua en su composición natural, sin manipulación humana. Generalmente poseen cáscara dura, como las almendras, castañas, avellanas, nueces y los pistachos. No deben ser confundidos con los frutos deshidratados, como los dátiles, orejones (el más común es el de durazno) o las pasas (de uva o ciruela), entre otros.
Los frutos secos proveen energía y nutrientes de suma importancia para el óptimo funcionamiento del sistema nervioso y ayudan a controlar y mantener los niveles de colesterol, como minerales, vitamina A, E, vitaminas del grupo B, ácidos grasos Omega-3, por lo que ayudan a prevenir enfermedades cardiovasculares. También aportan, minerales como el zinc, calcio, fósforo, magnesio, hierro y cobre.
Además, su consumo ayuda a prevenir enfermedades degenerativas y lentifica el envejecimiento ya que son ricos en fibras y antioxidantes.
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Las nueces son consideradas un alimento obligatorio en las dietas vegetarianas, ya que aportan mucha proteína sin contener sus grasas nocivas. Es un alimento ideal para personas que padecen artritis y que tiene problemas de piel, ya que contienen sustancias que impiden el aglutinamiento de la sangre, lo que también beneficia al corazón, porque, entre otras cosas, contienen ácido linoleico y alfa-linoleico, ácidos grasos Omega 3 y 6. La nuez posee un potente efecto sedante que ayuda a relajar para el cerebro y el sistema nervioso, por eso son ideales para consumir por la noche o cuando hay estrés intelectual.
Por su parte, las almendras son de los frutos más ricos en fibra, son ideales para las personas que no consumen lácteos o son intolerantes a la lactosa, comer 10 almendras al día favorece el tránsito intestinal y provee cantidades abundantes de calcio. Las almendras tienen poderosos efectos antioxidantes que se acentúan cuando se consume su piel, también ayudan a prevenir y combatir el estreñimiento y enfermedades intestinales como la diverticulosis, su gran aporte en fibra permite retrasar la absorción de azúcar, lo que permite disponer de la energía progresivamente y durante más tiempo, sin que sea convertida a grasa. Además previenen la osteoporosis.
El pistacho es un fruto oleaginoso de alto valor nutritivo, rico en Tiamina, vitamina A, vitaminas B, Vitamina B6, Cobre, Manganeso, Potasio, Fibra, Fósforo, Magnesio, entre otros. Es una excelente fuente de energía, y contiene proteínas y aceites vegetales de gran calidad. Es muy sano para prevenir y ayudar en padecimientos del corazón, ya que no contiene grasas nocivas o saturadas. Es rico en grasas polinsaturadas (sanas), las cuales ayudan al cuerpo a absorber las vitaminas A, D, E y K. Aportan fitoesteroles y ácido oléico, que ayudan a disminuir la absorción del colesterol y a mantener sus niveles normales. Además, ayuda a reducir o prevenir el endurecimiento de las arterias, y a protegerlas para evitar enfermedades cardio y cerebrovasculares.
Es recomendable consumir los frutos secos los más frescos posibles ya que se enrancian fácilmente por su alto contenido en grasas, también se debe tener cuidado al momento de combinarlos con otros alimentos ya que pueden provocar fermentaciones en el intestino, para suavizar o evitar este efecto es preferible no combinarlos con frutas u otro tipo de proteínas.
