Semillas de ChíaLa chía en todas sus formas ofrece una nueva oportunidad de mejorar la nutrición humana siendo una fuente natural de ácidos grasos Omega 3, antioxidantes, proteínas, vitaminas y minerales.

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Semillas de Chía

La composición química de la semilla de chía o salvia hispánica es de un 20% de proteína, 25% de fibra alimentaria y un 34% de aceite, de los cuales el 64% es de ácidos grasos omega 3.

A diferencia de otros granos, los aminoácidos de las proteínas de la chia no tienen factores limitantes en  la dieta de las personas. Es decir, no contienen gluten, por lo que son aptas para celíacos; ni se reconocen componentes tóxicos en ellas.

Es la especie vegetal con la mayor concentración de ácido graso alfa-linolénico  omega 3 conocida, que es un ácido graso escencial que nuestro metabolismo es incapaz de sintetizar y por lo tanto es necesario aportarlo de forma exógena, ya sea con dieta o suplementos  ricos en ellos.

Por qué son escenciales? Porque están presentes en cada célula del cuerpo  y son indispensables para el normal funcionamiento y crecimiento de células.  Desempeñan un papel fundamental en la mejoría de enfermedades cardiovasculares y fenómenos inflamatorios como la artritis reumatoide, y en la disminución de diversas patologías crónicas, como el asma. Además se hacen imprescindibles durante el embarazo, ya que son necesarios para el desarrollo de la retina y el cerebro.

Harina de Chía

La harina de chía o salvado de chía, se obtiene como un subproducto de la extracción en frío del aceite de chía. Por prensado se extrae de la semilla el 80% de sus lípidos,  quedando el remanente en la harina de chía así obtenida.

Es un alimento completo, funcional, y consumible de muy diversas maneras. Es liviana y muy equilibrada. Es fuente de nutrientes escenciales para el hombre, que se conservan en su cascara durante el proceso de triturado en frío. Disuelta en el agua, sus hidratos de carbono forman compuestos que mejoran la absorción de  nutrientes en el sistema digestivo.

Aceite de Chía

Los ácidos grasos poliinsaturados se clasifican en omega 6 y 3.  A los primeros,  los encontramos en vegetales verdes, semillas, nueces y gérmenes de trigo. A los segundos,  en las semillas de chía, lino, vegetales verdes y peces de mares fríos y profundos.

Los 2 son indispensables, se recomiendan normalmente consumir dos partes de omega 6 y una parte de omega 3. A partir de estos ácidos grasos, el organismo elabora las prostaglandinas que son células reguladoras de la secreción hormonal, procesos inflamatorios, tensión sanguínea, muscular y nerviosa.

Los ácidos grasos tienen una función reguladora del colesterol y la oxidación. Mejoran el metabolismo general  a través de una inclusión en la dieta diaria equilibrada, ayuda a mejorar  los trastornos del cabello y la piel, enfermedades autoinmunes y problemas de desmielinización, entre otros.

Además  aporta nutrientes como la vitamina E o tocoferol,  quien actúa sobre los radicales libres. Ésta se destruye en los procesos de refinado de los aceites industrializados, por lo cual debe ser resustituida de forma sintética.

Como se elabora el aceite de chía?

La extracción de aceite prensado en frío se realiza de la siguiente manera: la semilla se descascara parcialmente y se limpia mediante ventilación y zarandeo para eliminar impurezas. La semilla limpia se lleva a la prensa. Aquí se vigila especialmente  que la temperatura generada por la prensión no supere los 45°C para asegurar la estabilidad molecular  de los ácidos grasos poliinsaturados.

Durante varios días el aceite bruto decanta en tanques de acero inoxidable. Luego se bombea por un filtro de algodón descartable y se envasa en envases opacos  u oscuros para evitar la oxidación del aceite por la acción ultravioleta de la luz solar. El refinado se hace innecesario ya que elimina la vitamina E, por lo que debe ser sustituida de forma sintética, y  el aceite se conserva  el  suave sabor de la semilla.

Como incorporarla en nuestra alimentación?

La chía puede incorporarse a través del aceite de sus semillas, obviamente cultivadas en forma, prensadas en frío y sin proceso de refinado. Dado su alto contenido de omega 3, bastaría con ingerir apenas una cucharadita en crudo, a fin de cubrir las necesidades diarias de ácido linolénico.

Dada la baja proporción de omega 6 en su composición, la mezcla con aceite de girasol permite obtener un equilibrado suplemento de AGE.

Obviamente que son aceites para consumir en frío y sin proceso alguno de cocción, a fin de preservar sus delicados principios nutricionales.

Asimismo, el consumo de las semillas de chía es una buena forma de beneficiarse con su aporte de omega 3. Incluso tras ser prensada para generar aceite, la semilla de chía continúa sorprendiendo por su buena concentración de AGE y de otros nutrientes; de allí su empleo en forma de harina, técnicamente llamada semilla parcialmente desgrasada.

La riqueza nutricional de la chía, la convierte en ingrediente ideal para adicionar a productos de panificación y a un sinnúmero de preparaciones culinarias y bebidas. Los requerimientos diarios de omega 3 se cubrirían con apenas cuatro gramos de harina. En el caso de consumir la semilla entera, conviene ingerirla molida (harina) o muy bien masticada, para permitir su correcta metabolización.

Propiedades de la chía como ingrediente de la dieta diaria

  1. No tiene colesterol
  2. Genera sensación de saciedad, por lo que es buena para bajar de peso
  3. En forma de semilla puede almacenarse por años sin que se deteriore el sabor, el olor o el valor nutritivo.
  4.  Es un producto sustentable y ecológico
  5. Alimentación y ventajas: agregada a las dietas animales provoca una fuerte reducción en el contenido de ácidos grasos saturados
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