En estas épocas que buscamos la ley de etiquetados para salvar la salud alimentaria de nuestras infancias Zafran nos comparte una nota muy interesante al respecto.
El 20 de noviembre de 1989 se firmó la “Convención sobre los Derechos del Niño”. Duele preguntarse cuántos de esos derechos garantizamos en un país con el 60% de las infancias en situación de pobreza. Y sirve recordar que la buena alimentación es uno de esos derechos fundamentales. Debemos suministrar alimentos nutritivos adecuados, brindar protección contra material perjudicial para su bienestar (como la promoción de ultraprocesados nocivos de la mano de personajes infantiles o celebridades deportivas) y proveer educación para que asuman en el futuro una vida responsable en igualdad de oportunidades. Por eso, urge implementar la Ley de Etiquetado Frontal y la Ley de Educación Ambiental y también avanzar en un buen Proyecto de Ley de Educación Alimentaria. ¡Exijámoslo! |
El proyecto de Ley sobre Etiquetado Frontal de Alimentos busca prevenir la malnutrición de la población a través de una etiqueta negra frontal donde se explica si los alimentos son altos en calorías, grasas, azúcares, etc.
Y para empezar a cocinar en familia e involucrar más a los chicos en la cocina y en su alimentación, Zafran nos ofrece una exquisita receta de ñoquis de espinaca:
Livianos, ricos y fáciles. Solo hay que seguir la data al pie de la letra:
Para estos ñoquis de espinaca vas a necesitar:
- 500gr de papa cocida, fría y pisada.
- 2 atados de espinacas blanqueadas, escurridas y procesadas.
- Harina integral
- 1: La papa tiene que estar seca y bien fría para poder ser usada, sino se te va a pegotear todo…
- Unir los dos purés (papa y espinaca) y agregar la mitad de su peso en harina. Osea, si tenés 1 kilo le corresponden 500gr de harina. Si no tenés balanza lo podés calcular con tazas.
- Unir todo sin amasar. Hacer rollitos, cortar cuadraditos y hacer la forma con ñoquera o tenedor.
- 2: No agreguen más harina, porque terminan siendo un masacote
- 3: Cocina como toda pasta, agua hervida y sal (sin aceite, es un mito que ayuda a que ni se peguen)