El concepto de «alimentos funcionales» nace en Corea del Sur en los años 1980s cuando las autoridades alimentarias coreanas tomaron conciencia de que para controlar los gastos globales en salud era necesario desarrollar alimentos que mejoraran la calidad de vida de la población, cubriendo ciertas ‘deficiencias pandémicas’. Sin embargo, el término está en boga hace muy poco tiempo y hay mucha confusión al respecto. En esta nota te explicamos a qué refiere el término y te damos ejemplos concretos.
¿A que se denomina «Alimento Funcional»?
Los alimentos funcionales son aquellos que además de sus efectos nutricionales habituales, tienen compuestos biológicos (nutrientes o no nutrientes), con efecto selectivo positivo añadido sobre una o varias funciones del organismo y que presentan efectos beneficiosos para la salud, mejorándola o reduciendo el riesgo de sufrir enfermedades.
- Eliminación de un componente conocido que causa un efecto perjudicial (proteína alergénica), como por ejemplo las leches infantiles en las que se eliminan una parte de las proteínas conocidas por su carácter alergénico.
- Aumento de la concentración de un componente presente de forma natural en un alimento hasta un nivel en el que se produce el efecto deseado.
- Añadir un componente no presente en la mayoría de los alimentos, con efecto beneficioso, como por ejemplo pueden ser los pre- y probióticos.
- Reemplazar un componente cuya ingesta es normalmente alta y puede tener un efecto nocivo (ej. grasas), por otro componente con efecto beneficioso para el organismo.
- Aumentar la biodisponibilidad o la estabilidad de un compuesto que produzca un efecto beneficioso o que reduzca el riesgo de padecer una enfermedad.
¿Cuáles serían ejemplos de alimentos funcionales?
Cómo mencionamos anteriormente, no existe legislación vigente y los criterios de inclusión en la categoría no son uniformes.
Sin embargo, teniendo en cuenta las pautas mencionadas anteriormente, que son las que se repiten en varias organizaciones y webs especializadas, entendemos como ejemplos de alimentos funcionales a los siguientes:
- Naturales: Ajo Negro, Té Verde, Jengibre, Algas, Semillas de Chía, etc.
- Procesados o modificados:
- Yogures y Quesos Veganos, los cuáles no poseen lactosa ni caseína, dos componentes alergénicos, fermentados por cultivos probióticos.
- Leches Vegetales, sin lactosa y caseína, enriquecidas con Vitamina A, B12 y E.
- Levadura Nutricional, fuente natural de hidratos de carbono, proteínas, vitaminas, minerales y abundancia del complejo vitamínico B.
- Psyllium Husk, regulador natural con alto contenido en fibras y Omega 3.
- Cacao, en polvo o barra, es un alimento rico de antioxidantes y polifenoles.
- Algunas alimentos hechos en base a Soja, que aportan isoflavonas que podrían ayudar a reducir el colesterol y los síntomas de la menopausia.
- Mermeladas y Dulces Sin Azúcar, endulzados con xilitol o stevia.
Estos son algunos ejemplos concretos que entran en las categorías mencionadas. Entendemos que todos aquellos productos que cumplan con alguna de las opciones mencionadas pueden ser considerados como tales.
Es necesario precisar que, en ningún caso, debe interpretarse que los alimentos funcionales sean aptos para el tratamiento de determinadas enfermedades, pues esta característica sólo es propia de los medicamentos. En todos los casos, los beneficios consisten en la prevención o disminución del riesgo de determinadas dolencias. Si bien pueden promover el bienestar, es imposible que compensen los hábitos alimentarios poco saludables.
¿Habían escuchado hablar de los alimentos funcionales? ¿Los incorporan en su alimentación diaria?
Fuentes:
- https://es.wikipedia.org/wiki/Alimentos_funcionales
- http://www.anmat.gov.ar/Alimentos/alimentos_funcionales.asp
- https://www.conasi.eu/blog/consejos-de-salud/alimentos-funcionales/
- https://www.infobae.com/2004/07/10/124845-de-la-a-la-z-los-alimentos-funcionales/