Kombucha

Kombucha

Desde más que 2000 años, la Kombucha es apreciada por sus efectos estimulantes y curativos, y su rico sabor. En los últimos años, ha adquirido popularidad mundial y cada vez son más las personas que cambian los refrescos convencionales industriales por esta alternativa sana.

La kombucha es una bebida tradicional de té azucarado y fermentado. Es el resultado de una cadena de acciones y reacciones que se desarrollan durante el proceso de fermentación protagonizado por el scoby, una masa gelatinosa compuesta por bacterias y levaduras.

El scoby es esencial en el proceso de elaboración de esta bebida. Los otros ingredientes son el agua, el té y el azúcar. Pero no hay que asustarse. Terminado el proceso de fermentación, la kombucha reduce al mínimo su contenido en azúcares y, por otro lado, adquiere ácidos (de los que depende también su sabor y textura), vitaminas, antioxidantes y probióticos.

Esta bebida es especialmente rica en nutrientes antioxidantes, como la luteína, los betacarotenos, el licopeno, el selenio, la coenzima Q10. También contiene vitaminas A, C, E y del grupo B, que desarrollan un papel importante en el metabolismo celular.

En esta lista, están también algunos ácidos, aminoácidos, azúcares, cafeína y teobromina que le otorgan su rasgo energizante.

Algunas propiedades que se atribuyen a la Kombucha:

  • Normaliza el tránsito intestinal.
  • Regula la flora intestinal.
  • Tiene efectos antivíricos y antibacterianos.
  • Activa la defensa del cuerpo.
  • Desintoxica el organismo.
  • Reduce el nivel de colesterol.
  • Equilibra la acidez en el cuerpo.
  • Mejora la digestión de las proteínas.
  • Estimula la circulación.
  • Facilita la absorción de minerales.
  • Activa las funciones del páncreas.
  • Equilibra la glucosa sanguínea.
  • Aumenta la secreción de azufre fisiológico, vitamina B12 y vitamina K.
  • Mejora el rendimiento del oxígeno en las células.

En cuánto a la ingesta diaria, al no tratarse de un medicamento que tenga una dosis determinada, se puede comenzar con tres vasos pequeños, tres veces al día: uno por la mañana en ayunas, otro al mediodía y finalmente uno por la tarde.
A las dos semanas se puede aumentar la dosis poco a poco. Si se prefiere, también se puede diluir la bebida con un poco de agua tibia o jugo de frutas frescas. Generalmente se toleran bien unos 300 cc de kombucha cada día. Demasiada cantidad puede causar un efecto laxante (algo deseable para muchas personas).

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